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Entre promesas rotas y lágrimas de cocodrilo.

Ambigüedad y un futuro sin certezas: el programa “Retiro Digno” de Chava Calderón deja en la indefensión a 13 hombres que dedicaron sus vidas al servicio de Parral

Parral, Chihuahua.– En días recientes, el alcalde de Parral, Salvador “Chava” Calderón, protagonizó un momento cargado de emotividad durante un evento público ante policías municipales y funcionarios del ayuntamiento. Visiblemente afectado, ofreció disculpas a los agentes que enfrentaron un reciente ataque armado, mientras derramaba lágrimas frente a los presentes.

El histriónico acto también sirvió para anunciar el retiro de trece elementos de la Policía Municipal, como parte del programa “Retiro Digno”, una iniciativa impulsada desde la primera campaña de Calderón en 2021, entonces bajo las siglas del Partido Encuentro Solidario, y retomada en su actual gestión con el PAN.

Este programa, que en un principio fue bien recibido por incluir la incorporación de agentes al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ha generado controversia en semanas recientes. Policías consultados expresaron inconformidad por las condiciones impuestas para acceder a este derecho, señalando que el acceso al servicio médico se limita a consultorios y no incluye atención en urgencias, una necesidad vital para quienes ejercen labores de alto riesgo. Tampoco tendrían acceso a Infonavit como todos los trabajadores registrados ante dicho Instituto.

Otro de los reclamos centrales es que no se respeta la antigüedad de quienes han servido durante décadas a la corporación. Además, el municipio busca darlos de alta con el salario mínimo y no con su salario real. La expectativa de una jubilación formal, con las prestaciones de ley, se ha desdibujado.

A esto se suma la presunta cancelación del servicio médico privado que por años atendió a empleados municipales y sus familias, debido —según trascendidos— a una deuda de la actual administración.

Frente a este panorama, la solución implementada por el gobierno local fue cambiar el concepto de “jubilación” por el de “retiro digno”. En la práctica, los agentes son enviados a casa y continúan recibiendo su salario como si acudieran a trabajar, sin una plaza formal de retiro ni funciones asignadas.

Esto ha sido interpretado por algunos como una maniobra que, con alevosía y ventaja, convierte a estos elementos en aviadores, colocándolos en una situación legal ambigua y de alto riesgo. Además, se les advirtió que, debido a la frágil situación económica del municipio, existe la posibilidad de que sus quincenas no se paguen de forma íntegra, lo que incrementa aún más la incertidumbre sobre su futuro laboral y económico.

El modelo ha sido calificado por críticos como una figura ambigua y riesgosa. La principal preocupación radica en la falta de certeza jurídica: los elementos retirados no cuentan con una pensión formal ni con los derechos asociados a ella, como el acceso a seguros por viudez u orfandad, Infonavit o pensiones heredables. Aunque el mecanismo haya sido aprobado por Cabildo, su vigencia depende de la voluntad de futuras administraciones, lo que deja a los retirados en una situación frágil y potencialmente reversible.

La síndica municipal, Dalila Villalobos, confirmó en entrevista que las finanzas del ayuntamiento atraviesan una etapa crítica. Señaló que los recursos actualmente en bancos están ya comprometidos para gasto corriente, nómina y deuda pública, por lo que incluso el pago de la próxima quincena estaría en riesgo.

En este contexto, las lágrimas del alcalde generan interpretaciones encontradas. Para algunos, un gesto sincero ante la entrega de los policías; para otros, una puesta en escena que intenta disfrazar el incumplimiento de una promesa largamente anunciada. Porque más allá del momento emotivo, lo que queda es un grupo de agentes convertidos en aviadores, sin garantías legales ni prestaciones reales, sujetos al vaivén político y financiero de una administración que, lejos de ofrecer certeza, ha optado por soluciones improvisadas. Tal vez, las lágrimas no eran de conmoción, sino de culpa.