En último día de Jornadas Villistas, el Teatro de Cámara Gloria Campobello fue testigo de una puesta en escena extraordinaria que cautivó al público asistente. La obra “Centauro”, presentada por el destacado Teatro Onírico, transportó a los espectadores a la Sierra de Durango, donde una emocionante historia cobró vida.
La trama de “Centauro” giró en torno a la pérdida de dos niños mientras su madre trabajaba en el arado. En ese momento crucial, apareció Taiyari, un indígena Huichol, quien se convirtió en su protector y narrador de la fascinante historia del general Francisco Villa. A través de esta cautivadora narrativa, los asistentes fueron inmersos en la vida de Villa, desde su infancia hasta su trágico destino.
La obra no solo destacó por su brillante representación de Villa, interpretado magistralmente por el elenco, sino también por la presencia constante de Lidia, su conciencia, que lo acompañó en todos sus desafíos y decisiones cruciales que marcaron su legado en la historia de México.
“Centauro” logró retratar la valentía y la determinación del icónico líder revolucionario, mientras interactuaba con personajes históricos clave de la Revolución Mexicana, desde sus esposas y sus dorados, hasta sus enemigos mortales. La obra permitió al público sumergirse en una experiencia teatral única que les permitió comprender más profundamente la vida y el legado de Pancho Villa.
Al finalizar la función, los actores recibieron una ovación por su magnífica interpretación y su habilidad para llevar a los espectadores en un viaje emocional a través de la historia. Sin duda, la puesta en escena dejó una impresión duradera en todos aquellos que tuvieron el privilegio de presenciarla.
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